Era de noche, pasadas las 10, se podía respirar el frío del ambiente, la habitación con una luz tenue, María ha estado inconsciente por varios minutos.
Abre los ojos.
Mamá perdóname.
- Guarda silencio.
Abrázame Mami no me sueltes.
- Aquí estoy contigo siempre lo he estado.
No siento mis piernas ni mis manos mamá.
- Debes ser fuerte, has perdido mucha sangre.
Mi vida se ha convertido en soledad y en oscuridad.
- Aún tienes muchas cosas por hacer. Pronto estarás bien. ¿Recuerdas la historia de la princesa que se convirtió en una mariposa azul?
Sí, me la contabas por las noches antes de dormir.
- Tu eres esa mariposa, no lo olvides!!! Aún tienes mucho que volar, y mucho por vivir.
Solo quería volver a ser feliz, solo quería sentir el calor de tus manos, el dulce beso de buenas noches, solo quería escuchar tu vos…
(Llorando) Te extraño mama… ¿por qué tuviste que morir?
Al cuarto entran dos personas con una camilla, encuentran el cuerpo casi inerte de María.
Aún tiene pulso…
La suben a la camilla, suena la sirena de la ambulancia y van rumbo al hospital.
Aún hay luz, una inmensa luz que desde arriba la cuida.
SoLdemedianoXe.
Que conmovedor y si!! aunque suene cruel pero cualquier similitud es pura coincidencia con la vida real, todos somos una historia y de nosotros depende que sea buena y alegre, o mala y triste.
ResponderBorrarSld.